Por qué mi perro llora mucho

Los perros no lloran propiamente con lágrimas ni secreciones nasales como lo hacemos los humanos. Su llanto se asocia más a un gemido agudo e incluso un ladrido largo y profundo. Cuando el malestar está presente, el gemido puede ser constante, ir creciendo y terminar en ladrido para hacer un llamado de atención.

Las razones por las que un perro llora son diversas: puede tratarse de un malestar, una necesidad o falta de atención. Por lo general, el lamento termina cuando el perro sacia la causa de su pena aunque, en algunos casos, el animal aprende a hacer uso del quejido para conseguir lo que quiere.

Cuando un perro llora mucho, es importante evaluar su entorno para conocer la razón del quejido. Hay que considerar si hay algún cambio en su rutina, si ha sido mudado de casa, si ha extraviado su juguete favorito, etc. Si después de observar el entorno no se encuentran motivos aparentes, es importante que un veterinario le visite, ya podría tratarse de algún malestar físico.

Ya hemos dicho que el llanto del perro puede ser para llamar la atención, así que la primera causa por la que un perro puede llorar mucho es para buscar el amor o atención de sus amos. Posiblemente sienta hambre, necesite dar un paseo o desee cariño por parte de su dueño.

Otra razón común al llanto del perro es la ansiedad y el miedo. Esto ocurre mucho en canes que se quedan solos en casa durante largos periodos de tiempo, ya que la situación de desapego puede causar estrés y preocupación. Recuerda que un perro no sabe conscientemente si su amo volverá, lo que puede hacer que crean que están siendo abandonados. Para ayudarlos a superar esta sensación, te daremos unos tips más adelante.

En líneas generales, un perro llora mucho porque:

1. Necesita cubrir alguna de sus necesidades básicas: comer, dormir, pasear, recibir cariño.
2. Siente miedo y nervios por alguna situación nueva o fuera de su rutina.
3. Ansiedad por separación.
4. Ha sufrido algún accidente o tiene un malestar físico.
5. Está emocionado por alguna razón.
6. Siente estrés por su visita al veterinario.
7. No ha quedado satisfecho con la comida.
8. Los ruidos de la calle lo angustian.

En el caso de los cachorros, es más fácil identificar la razón del llanto. Se trata de un proceso de adaptación en el que el perro se acostumbra a su nueva familia pero sigue extrañando a su mamá y a sus hermanos. Esta situación puede ser similar en el caso de perros adoptados.

Mientras tu mascota supera el proceso de desapego de su familia biológica, pasará algunas noches llorando. Es importante comprenderle y entender que se encuentra en una situación que le causa mucho estrés y ansiedad. Todo para él resulta desconocido y debe acostumbrarse. Para ayudar a tu mascota en este proceso debes:

1. Darle espacio. Evita acosarlo o invadir su espacio permanentemente.
2. Hazle una cama en un lugar cálido donde sienta calor.
3. Ayúdalo a tranquilizarse con el sonido de un reloj de cuerda.
4. Establece una rutina diaria: La hora de comer, la hora de dar un paseo, la hora de descansar, etc.
5. Mantén su plato lleno de agua y comida.
6. Siéntate cerca de él en espera de que se acerque por sus propios medios y ofrécele cariño en ese momento, pero nunca le obligues.

Por lo general, los perros que padecen algún dolor crónico, no lloran constantemente. Solo se quedan echados sin ánimos de levantarse, pierden el apetito y duermen todo el día, algo común también en canes adultos que ya comienzan a sentirse cansados.

El llanto del perro por enfermedad tiene una causa inmediata. Es decir, si ha tenido un accidente o algo empieza a dolerle por el motivo que sea, su quejido será agudo y corto, llorará durante unos minutos y luego dejará de quejarse.

Si al tocarlo el perro te rechaza o intenta morderte, lo más seguro es que algo le esté haciendo daño y necesite una revisión médica. Si, por el contrario, después del llanto adopta una postura sumisa, pierde el apetito o sus ánimos de jugar, puede tratarse de alguna enfermedad.

Hay pocas cosas más difíciles y frustrantes que intentar consolar a un perro que se queda solo, ya que muchas veces resulta estresante incluso para el dueño. Este artículo de Cómo tratar la ansiedad por separación en los perros puede ayudarte a minimizar el impacto que pueda tener para tu mascota esta situación. En estos casos, lo más recomendable es que sigas los siguientes pasos:

1. Ofrecer un paseo al perro antes de marchar de casa.
2. Acompañarlo a comer y luego llenar su plato nuevamente.
3. Dejar música y una luz encendida, sobre todo si sabemos que volveremos tarde a casa.
4. Colocar una prenda (camisa, franela) en su cama para que tenga cerca el olor del amo.
5. Dejar a su disposición gran cantidad de juguetes para que se entrega durante el día.
6. Si es posible, adoptar un compañero.

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