Cómo tratar los cálculos en la vejiga en gatos

Cómo tratar los cálculos en la vejiga en gatos

En los gatos, la formación de cálculos ("piedras") en la vejiga es más frecuente que en otros animales. La extraordinaria capacidad de concentrar la orina de los gatos, unido al reducido consumo de agua de estos animales, heredado de sus antepasados salvajes (gatos salvajes africanos, que prácticamente solo tomaban el agua presente en sus presas), parecen ser los responsables. Si ya sabes cómo detectar el problema, en unComo.com te explicamos cómo tratar los cálculos en la vejiga en gatos.

Pasos a seguir:
1

Dieta específica. En centros veterinarios y tiendas especializadas hay disponibles alimentos específicos para gatos con problemas de cálculos. Existen en forma seca (pienso) y húmeda (latas).

Estos alimentos regulan el pH de la orina, tienen sustancias que inhiben la formación de cálculos y presentan bajo contenido en los minerales que habitualmente forman los cristales.

A pesar de que en la actualidad la mayoría de estos alimentos son polivalentes, es decir, funcionan bien para los distintos tipos de cálculos, se recomienda realizar antes un análisis de orina para determinar exactamente el tipo de cálculo y decidir el pienso más apropiado.

Sea como sea, estas dietas deben mantenerse durante mucho tiempo, idealmente de por vida, aunque los síntomas desaparezcan.

2

Consumo de agua. El consumo abundante de agua reduce la formación de cálculos. Algunas formas para conseguirlo son cambiar los bebederos de lugar regularmente, aumentar el número de estos o aportar comida húmeda.

3

Antibióticos. El uso de antibióticos se recomienda para tratar la infección de orina asociada o, si no la hay, para prevenirla.

El antibiótico más adecuado será el que indique el antibiograma, que es una prueba de laboratorio que se realiza para saber qué antibiótico en concreto es útil para la bacteria responsable de la infección.

Si no se ha realizado antibiograma o si se utilizan de forma preventiva, suelen utilizarse antibióticos del grupo de las quinolonas, lo más común es enrofloxacino a dosis de 5 mg/Kg, una vez al día, que te recetará tu veterinario durante un mínimo de 15 días.

Hay que seguir al pie de la letra las indicaciones del veterinario en cuanto a la dosificación y no hay que olvidar que las quinolonas no se deben administrar en cachorros.

4

Antiinflamatorios. Su papel es fundamental, ya que disminuyen la inflamación reduciendo el riesgo de obstrucciones, y al ser analgésicos hacen que el gato se sienta mejor y coma y beba más.

Conviene tener en cuenta que los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) utilizados en personas como el ibuprofeno, el ácido acetilsalicílico (aspirina) o el paracetamol son muy tóxicos en gatos.

En gatos se puede utilizar, con relativa seguridad, el meloxicam, el carprofeno y el robenacoxib.

5

Cirugía. Si lo todo lo anterior no funciona, si hay riesgos serios de obstrucción o si el cálculo es demasiado grande para salir por sí mismo, no queda otro remedio que recurrir a una operación quirúrgica para extraerlo.

6

Se recomienda llevar al gato al menos dos veces al año al veterinario para una revisión.

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