¿Tu perro sufre parálisis y no sabes muy bien cómo cuidarle? Pues vamos a ayudarte con esta tarea. Para comenzar, debes tener claro que la habilidad de un perro para moverse depende de la capacidad de su cerebro, los músculos, la columna y los nervios, trabajando de manera coordinada. Si alguna de estas conexiones falla, es cuando tu mascota puede padecer parálisis. Ante todo, no debes alarmarte, debes ser paciente, considerado y pensar en la nueva situación que tu perro y tú tendréis que gestionar. En este artículo de unComo.com te explicamos cómo tratar la parálisis en perros, porque tu mascota se merece lo mejor.
Existe un complejo sistema de comunicación para intercambiar información cuando los nervios en el cerebro envían mensajes hacia todo el cuerpo, y este a su vez, envía mensajes al cerebro sobre el entorno. Toda esta información es transmitida a través de los nervios en la médula. Los nervios y la médula son el llamado sistema nervioso central, cuando hay una mala comunicación entre el cuerpo y el cerebro, es cuando se produce la incapacidad para coordinar movimientos. Cuando un perro sufre parálisis, muchas veces es porque la comunicación entre el cerebro y la médula espinal se ha visto interrumpida.
Hay muchos casos en los que el perro no puede mover las piernas, lo que se conoce como parálisis total, pero hay otros casos en los que existe cierta comunicación entre el cerebro y la columna. En este último caso, tu mascota tendrá cierta dificultad para moverse y también algo de debilidad, que es lo que se llama parálisis parcial. Hay ejemplos de perros que pueden estar paralizados de sus cuatro miembros, y en otros casos, el perro puede controlar el movimiento de alguna de sus extremidades.
También es cierto que hay algunas razas más propensas que otras. Los perros que tienen la espalda alargada como el basset y el salchicha suelen verse afectados por la tortura de sus discos vertebrales, ya que ejercen presión sobre la médula. Existen razas que tienen cierta predisposición genética a sufrir mielopatía degenerativa, una dolencia que afecta a los nervios del lomo de los perros. Es un trastorno progresivo que finalmente conduce a la parálisis de las patas traseras.
Dejando de lado la predisposición genética, una vez que tu perro ha sido diagnosticado de parálisis lo que debes hacer es seguir el tratamiento a rajatabla. El desarrollo de su tratamiento dependerá de la causa que le ha provocado la parálisis.
Si tu perro tiene dificultades para orinar, caminar o defecar por su cuenta, lo más recomendable es que tu perro esté en el hospital hasta que se encuentre la mejor forma de atajar el problema. Desde ese momento, el especialista hará un seguimiento de cómo progresa y se recupera, si es el caso. Si, además, sufre dolor, el médico le recetará algo para controlarlo, también se le vaciará la vejiga varias veces al día con un catéter y se deberá mover al perro para que no se le hagan úlceras por estar siempre en la misma posición.
Si la causa de la parálisis es una hernia discal o infección, deberá ser tratado con medicación antiinflamatoria, cirugía y, posteriormente, con terapia. Las obstrucciones o los tumores del flujo sanguíneo pueden solucionarse en una intervención dependiendo de la zona en la que se ubiquen. Hay mascotas que sufriendo parálisis, se recupera, pero todo esto dependerá de la severidad de su estado. El perro, generalmente, permanecerá en el hospital hasta que pueda caminar o decidan enviarlo a casa con ciertos cuidados para que se recupere en el entorno familiar.
Será tu veterinario el que te ayudará a hacer un plan de cuidados de tu perro en casa. Puede que tu mascota se resista un poco porque siente dolor, pero con delicadeza y cariño, sus reacciones mejorarán. Incluso cuando tengas que darle medicación puede ser buena idea pedir ayuda para que alguien lo mantenga quieto y seguro, envolviéndole en una manta.
Debes seguir todas las atenciones que te prescriba tu veterinario. Si te ha recetado medicamentos, debes asegurarte de administrarlos todos incluso después de que tu perro parezca recuperado. Si sufre dolor, habla con el especialista y no le proporciones a tu mascota ningún fármaco sin supervisión.
En los casos en que la parálisis es total y no hay posibilidad de mejora, hay sillas de ruedas que se diseñan para perros en estas circunstancias. Así, tu amigo podrá tener una vida normal, salir a pasear, jugar y ser muy pero que muy feliz. Una última recomendación es que, en estos casos, tu mascota sea esterilizada para que no se arriesgue a heridas durante el apareamiento.
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