Cómo educar a un pug

Cómo educar a un pug

Los pugs o carlinos son una raza canina que se ha convertido en una de las más populares en los últimos años debido a su aspecto entrañable y a su carácter dócil y divertido. Pero, si convivimos con un can de esta raza o estamos pensando en acoger a uno pronto es completamente necesario que nos informemos al máximo sobre todas sus necesidades básicas, posibles problemas de salud, sobre todo respiratorios, y también sobre cómo es mejor enseñarle las cosas básicas para que sea un perro equilibrado. De esta forma, descubrirás que los dos podéis disfrutar al máximo de vuestra compañía.

En unCOMO queremos guiarte para que puedas ofrecer lo mejor a tu mascota y, por esto, en este artículo vamos a explicarte todo lo que necesitas saber sobre cómo educar a un pug y cuáles son sus necesidades básicas y específicas que debes cubrir.

Características del pug o carlino

Los carlinos son canes de tamaño pequeño pues de adultos suelen pesar entre 6 y 8 kg y su altura está entre 25 y 28 cm. Son perros compactos y normalmente regordetes, con una piel llena de arrugas principalmente en la parte de la cara. Otra característica física importante es que su hocico es corto y, el hecho de tener el hocico chato, a la mayoría les produce ciertas dificultades respiratorias. Su manto puede ser de color marrón claro o leonado claro, albaricoque, plata o negro, pero siempre tienen las puntas de las orejas, alrededor de los ojos y el hocico marcados en color negro, casi toda la cara a modo de máscara. Otro aspecto que suele llamarnos mucho la atención de su físico es la cola, pues esta es alta y enroscada sobre la cadera.

Estos peludos actualmente son muy comunes en todo el mundo y en las últimas décadas su popularidad en los hogares ha aumentado mucho. No solo es su aspecto adorable el que llama la atención, sino su carácter dulce, simpático, alegre, divertido, cariñoso, juguetón y leal. Si están correctamente socializados se llevan bien con cualquier otro perro, mascota, persona adulta y con los niños. De todos modos, no resulta fácil que convivan con niños muy activos pues no soportan bien los ejercicios intensos debido a su dificultad respiratoria, asimismo tampoco son adecuados para quienes quieren practicar deporte intenso con su mascota.

Son perros que adoran la compañía por lo que será un compañero muy cariñoso que disfrutará estar rodeado de familia pero, por esto mismo, si se les deja demasiado tiempo solos acaban desarrollando con facilidad ansiedad por separación.

La importancia de la socialización de un pug

Como sucede con cualquier otra raza canina, los pug o carlinos deben ser socializados desde cachorros para que de adultos sean canes equilibrados y felices sin desarrollar problemas de conducta graves. Es importante que se comience cuanto antes, sobre los 2 o 3 meses de edad, ya que es el momento en que todavía son capaces de aprender todo con mucha facilidad y momento en que la madre y otros perros que convivan con ellos les enseñarán qué es ser un can y cómo comunicarse y comportarse con otros seres vivos.

Esto podemos reforzarlo nosotros socializando al cachorro de forma correcta, evitando situaciones que puedan ser traumáticas y buscando experiencias positivas, premiando los comportamientos buenos y ignorando y/o corrigiendo los inadecuados.

Es importante que por el hecho de ser un perro de tamaño pequeño no evitemos su contacto con canes de razas más grandes ni lo cojamos en brazos cuando uno de mayor tamaño se acerque. Si hacemos esto solo conseguiremos que nuestra mascota acabe teniendo miedo a otros de su especie, cosa que puede derivar en futuros malentendidos y experiencias negativas. Por lo tanto, es mejor permitir que se acerque y juegue de forma correcta y disfrute de ser un perro.

Poner normas y límites

Para educar a un pug o carlino es vital que desde el momento en que nuestro nuevo compañero entre en casa, ya sea un cachorro o ya adulto, comencemos a enseñarle cuáles son las normas y los límites que establece la familia. Ayudándole a comprenderlos se conseguirá tener una convivencia agradable para ambas partes.

Es algo esencial que toda la familia se ponga de acuerdo sobre qué cosas se permite y cuáles no, por ejemplo si se le dejará subir al sofá o no, entrar en una habitación concreta, etcétera. Así será una educación coherente y fácil de aprender para el can, en cambio si cada uno le permite o prohíbe cosas diferentes y contradictorias solo se conseguirá confundirlo, frustrarlo y no aprenderá lo que queremos.

De la misma forma los horarios y las rutinas son clave para su educación y bienestar. Tanto las horas de pasear como las de comer deben ser más o menos pautadas y, así, conseguiremos que el perro sea equilibrado y se sienta bien. Es muy importante que salga a pasear unas 3 veces al día y los paseos duren, al menos, 30 minutos. Asimismo, debemos permitirle corretear y jugar con otros, pero tenemos que evitar que se exceda corriendo y no es aconsejable que lo forcemos a correr con nosotros, todo ello debido a su dificultad respiratoria por ser braquicéfalo (el tipo de cráneo de hocico corto).

Conoce en estos otros artículos de unCOMO todos los detalles necesarios sobre Cuándo empezar a educar a un perro y también sobre Cómo enseñar al perro a hacer sus necesidades fuera de casa.

Corregir las malas conductas

Seguramente alguna vez nuestro peludo hará algo que consideremos un comportamiento negativo o inadecuado, sobre todo si no se le ha socializado correctamente o no se han corregido algunos aspectos a tiempo. Para una convivencia buena entre vosotros y el resto de la familia es vital corregir las malas conductas y los malos hábitos en el momento en que los detectes.

Pero, será clave que lo hagas con condicionamiento o refuerzo positivo y nunca con reacciones negativas ni castigos. Esto último solo conlleva a que el can tenga miedo o se defienda y, en cambio, el refuerzo positivo hará que se fije en los comportamientos que le reportan cosas agradables y buenas y comenzará a dejar de lado las que no le aporten nada bueno o nada en absoluto.

Para ello, si tu mascota no hace caso y no cumple con las normas que le has ido enseñando, suponiendo que ya había demostrado que las comprendía, deberás dejar de hacer la actividad que estáis haciendo hasta que se calme o cambie la actitud y luego retomarla o bien, ignorar el mal comportamiento completamente e irte a hacer otra cosa hasta que detenga esa mala conducta. Por ejemplo, si te tira de la correa y no hace caso cuando le indicas que baje el ritmo y camine a tu lado, deberás dejar de andar. En cambio, cuando haga algo bien y tenga conductas positivas y deseadas deberás premiarlo ya sea con caricias, comida, palabras, etcétera.

Es muy importante que si ves dificultades para corregir una mala costumbre de tu can acudas a un etólogo canino o a un adiestrador, pues ellos son profesionales que podrán ayudarte a hacerlo de la mejor forma para ambos.

Órdenes básicas y avanzadas para un pug

Es muy importante que para educar a un carlino de forma correcta y sana para él le enseñemos órdenes y comandos para que se sienta realizado y útil en el núcleo de la familia. Así, permitíendole superarse a si mismo y realizar distintas actividades le supondrá un enriquecimiento que le ayudará a ser un can equilibrado. Es necesario que comiences por las cosas más fáciles desde que es un cachorro y poco a poco subas el nivel. Estas son las órdenes básicas para un pug:

  • Sentarse
  • Venir aquí
  • Estar quieto
  • Ir a su sitio
  • Echarse o tumbarse
  • Traer la pelota
  • Andar al lado

En cambio, estas otras son órdenes avanzadas para un pug y deberás enseñárselas una vez haya aprendido las anteriores:

  • Saltar
  • Rodar sobre sí mismo
  • Dar vueltas
  • Ponerse en pie sobre las patas traseras
  • Dar una pata o las dos
  • Traer el juguete u objeto que le indiquemos
  • Saltar obstáculos fáciles

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