Cómo educar a un mastín tibetano

Cómo educar a un mastín tibetano

Una de las razas caninas que más popularidad está ganando en los últimos años es el dogo del Tíbet o mastín tibetano. Aunque se trata de una raza que necesita bastante espacio para vivir por su tamaño y ciertos cuidados de su pelaje, es precisamente por su aspecto que se está convirtiendo en uno de los canes más buscados como compañeros. Así, si estás pensando en incluir a uno de estos canes asiáticos en tu hogar es vital que los conozcas bien y sepas cómo cuidarlos y tratarlos para ofrecerle lo mejor a tu mascota. Sigue leyendo este artículo de unCOMO para descubrir todos los detalles sobre cómo educar a un mastín tibetano.

Características del dogo del Tíbet

Tal y como su nombre indica este can proviene de la región asiática del Tíbet y allí su nombre es Do-Khyi. Su origen se remota a un tiempo antes del año 300 a.C. y comenzó a verse como compañero de los pastores nómadas del Himalaya.

Como puedes ver en estas imágenes del mastín tibetano en este artículo se trata de un can de raza gigante pues los machos pueden pesar entre 45 y 73 kg y medir entre 66 y 76 cm a la cruz mientras que las hembras alcanzan un peso entre los 34 y 54 kg y una altura de 61 y 71 cm a la cruz. Aún siendo una raza tan grande su esperanza de vida si se le ofrece una buena calidad de esta puede llegar perfectamente a los 12 o 15 años.

Su pelaje es abundante y medio y este puede ser de color negro con o sin manchas color fuego, color azul con o sin marcas fuego y también puede ser de color sable, dorado, rojizo. Es necesario cepillar al perro 3 veces a la semana y en épocas de muda a diario.

El carácter de esta raza es tenaz, inteligente, protector, tranquilo, algo independiente, dócil y amigable tanto con personas adultas, niños y otros animales. Aunque tienen un tamaño grande estos canes necesitan una actividad física media, por lo que no es necesario ejercitarlos mucho. Debido a su carácter vigilante y protector suelen ladrar ante lo desconocido y alertar así a su compañero humano de la situación.

No es aconsejable para principiantes en tener perros o en tener razas grandes, pero sí es totalmente aconsejable para personas que tienen conocimientos avanzados de educación canina y tienen experiencia en la tenencia de razas grandes y gigantes.

La socialización es importante

Para educar a un mastín tibetano de la mejor forma posible tenemos que comenzar por saber que socializarlo es algo esencial para su bienestar general y la convivencia con nosotros y otras mascotas. Lo mejor es comenzar con este proceso en los primeros meses de vida y, si es posible, comenzar cuando todavía está con la madre alrededor de los tres meses de vida, ya que entonces se estará comenzando a formar su carácter.

Socializar a un perro correctamente desde pequeño hará que tenga facilidad para tener una buena relación con todos los que estén a su alrededor y que comprenda cómo convivir bien. Es muy importante que ya al principio de este proceso detectamos algunas dificultades contactemos con un etólogo o adiestrador canino para que nos ayude.

Debemos pensar que, como cualquier otra raza, si no se socializa bien tendrá problemas de conducta difíciles de corregir más adelante, puede volverse demasiado territorial o incluso desconfiado, miedoso y agresivo. Pero, en el caso del dogo tibetano esto es especialmente importante por el hecho de que un can de este tamaño y fuerza con problemas de conducta puede suponer un problema serio. Por esto, un cachorro bien socializado y acostumbrado a diversas cosas que serán habituales en su día a día crecerá más feliz y será un perro equilibrado cuando sea adulto.

Poner normas y límites

Para educar y adiestrar correctamente a un dogo del Tíbet es vital que, desde el primer momento en el que entra a formar parte de nuestro hogar, pongamos normas y límites para tener una buena convivencia por ambas partes y que le enseñemos y ayudemos a comprenderlos.

Es muy importante que todos los miembros de la familia se pongan de acuerdo en lo que quieren permitirle hacer y en las cosas que no va a poder hacer el can o los lugares a los que no se le permitirá entrar o subir. Siendo coherentes es la única forma de que el animal comprenda bien lo que la familia quiere de él, pues si cada uno le indica una cosa y no comprende nada acabará sintiéndose frustrado y no aprenderá lo que queremos.

Además de los límites y las normas es igual de vital que se establezcan rutinas y horarios tanto para pasear como para comer o hacer ejercicio. De esta forma conseguiremos tener un can equilibrado y feliz.

Descubre en este otro artículo de unCOMO Cuándo empezar a educar a un perro y también todos los detalles sobre Cómo enseñar al perro a hacer sus necesidades fuera de casa.

Corregir las malas conductas

Es probable que alguna vez el can tenga algún comportamiento que no te guste, sobre todo si no se ha socializado bien desde pequeño o no le hemos corregido algunas cosas a tiempo. Por este motivo es esencial para una buena convivencia corregir las malas conductas o los malos hábitos en cuanto empiezan a detectarse.

Además, será algo vital que se corrija siguiendo un condicionamiento o refuerzo positivo y nunca siguiendo una línea de castigo o agresividad. Está demostrado y todos los etólogos y adiestradores caninos hoy en día lo afirman: es mucho más efectivo y ético premiar por lo bueno que castigar por lo no deseado.

Así que, si tu mascota no cumple las normas que le has establecido y conoce, te tira de la correa constantemente u otras cosas que no deseamos que tenga como costumbre, deberás ignorar este comportamiento o bien detener la actividad que estéis haciendo, por ejemplo dejar de caminar si estira mucho de la correo o dejar de jugar si te hace daño al mordisquear. De esta forma entenderá que esta conducta no es la que deseas y que no lleva a ningún lado.

Asimismo, cuando estas cosas que le corriges las haga bien, como caminar a tu lado, deberás premiarle para que comprenda que esta es una conducta que os aporta satisfacción a ambos. Puedes premiarlo con palabras agradables y que relaciones con algo bueno, con alguna golosina puntual o con caricias. Verás que en poco tiempo tu mascota prefiere hacer las cosas que le has indicado que te gustan que no las que has ignorado o detenido en ese instante.

Enseñar órdenes a mi dogo tibetano

Para educar a un dogo tibetano es esencial enseñarle varias órdenes que le ayudarán a mantener un buen equilibrio y desarrollo, sentirse útil dentro del núcleo familiar y creará un gran vínculo entre vosotros dos.

Como ya hemos comentado antes, no es una raza adecuada para propietarios principiantes, pues se trata no solo de canes con mucha fuerza y gran tamaño sino también con un carácter algo independiente y alerta, aunque sí son tranquilos y esto juega a nuestro favor al momento de enseñarle órdenes y trucos.

Entre las órdenes básicas para enseñar a un mastín tibetano más comunes y fáciles encontramos las siguientes:

  • Quieto
  • Ir a su sitio
  • Venir aquí
  • Sentarse
  • Tumbarse o echarse
  • Andar al lado
  • Traer la pelota

Una vez que nuestro mastín del Tíbet domine estos ejercicios básicos podrás enseñarle órdenes avanzadas para que siga desarrollando sus habilidades, capacidades y para que nunca se aburra y pueda ejercitarse de forma más completa:

  • Dar la pata
  • Dar vueltas
  • Rodar sobre sí mismo
  • Traer el juguete que le pides
  • Hacerse el muerto
  • Saltar obstáculos

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