¿Tu gato tiene el herpes felino? Pues te recomendamos que sigas leyendo este post. El herpesvirus o FHV-1 es una infección de las vías respiratorias que suele ir asociada al calcivirus felino, ambos responsables de la gripe felina. El herpes suele seguir latente tras la curación y muchos felinos acaban siendo portadores de por vida. Por eso es importante saber tratar esta enfermedad para poder enfrentarse a ella. En unComo.com te contamos cómo curar el herpes felino.
La infección por herpes provoca síntomas clínicos de mayor o menor gravedad que pueden llegar a causar la muerte de tu gato. La mayoría de gatos que contraen este virus suelen recuperarse del todo tras varias semanas de tratamiento aunque, en algunos casos pueden tener ciertas secuelas del herpesvirus como por ejemplo algún cuadro de rinitis.
Si es el caso de tu felino tendrá de forma crónica descargas nasales y estornudos constantes. Las infecciones bacterianas subyacentes que afectan a los tejidos pueden causar conjuntivitis, bronquitis y sinusitis. Con un tratamiento con antibióticos estos síntomas suelen mejorar de forma temporal.
En este artículo de unComo te descubrimos los síntomas del herpes felino.
Una vez tu gato ha sido diagnosticado, el tratamiento irá encaminado a mejorar los síntomas y prevenir posibles complicaciones posteriores. Para curar el herpes tu gato tendrá que tomar antibióticos para tener controladas las infecciones secundarias, además de medicamentos para atenuar la secreción nasal, y que ayuden al gato a respirar sin problema.
Cuando un gato padece gripe felina suelen tener problemas para comer, así habrá que ofrecerle comida templada y con mucho sabor. En casos de extrema gravedad, tu gato puede llegar a ser hospitalizado para alimentarlo a través de un tubo esofágico o directamente en el estómago.
Si tu gato supera el herpes, puede que se convierta en portador así que es importante tener cuidado porque pueden ser fuente de contagio para otros felinos. Los gatos que portan el virus pueden transmitirlo a través de su saliva, las secreciones nasales o las lágrimas.
Un gato portador de FHV eliminará secreciones de forma frecuente y especialmente en situaciones de estrés así que es importante tener en cuenta ciertas precauciones para que no haya posibilidad de contagio o reducirla al mínimo.
Es fundamental tomar ciertas medidas para que no se desarrolle la gripe felina. La primordial es un programa de vacunación frente al herpesvirus y el calcivirus; estas vacunas estimularán el sistema inmunológico, le ayudarán a hacer frente a la infección y así evitar que aparezcan síntomas.
Aunque con las vacunas se puede prevenir los cuadros más severos, no se suele conseguir una total efectividad en la prevención del contagio. De hecho, algunos felinos pueden llegar a padecer infecciones leves. Lo que se recomienda es la vacunación para todos los gatos de casa, sobre todo si salen de vez en cuando a la calle o están en contacto con otros gatos.
Los gatos lactantes están protegidos por los anticuerpos de su madre hasta las 4 u 8 semanas de edad, después disminuyen. Habrá que vacunar a los pequeños a partir de las 6 o 12 semanas para que sea efectiva. Un plan de desparasitación y vacunación debe ser fijado por el veterinario según el estado del sistema inmune y del entorno en el que vive.
Por último, para curar y evitar contagios hay que establecer una correcta rutina de higiene sanitaria. Para que un virus no se extienda hay que aplicar ciertos controles sanitarios sobre los gatos infectados. Un gato con herpes tendrá que aislarse del resto de gatos con los que convive, por ejemplo, puedes ponerlo en una habitación de casa para tratarlo y así evitar que se disperse el virus.
Deberás usar su propio comedero y bebedero y su bandeja debe ser exclusiva para él. Todos sus utensilios tendrán que desinfectarse con productos pensados para acabar con este virus y que no sean dañinos para tu mascota.
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