Cómo adiestrar a un yorkshire

El yorkshire es un perro muy enérgico, individualista y de fuerte carácter. Se le caracteriza por ser además muy territorial y posesivo, lo cual lo convierte en el perfecto guardián para que te avise si algo anda mal. Es un perro muy listo y aprende con mucha facilidad tanto lo bueno como lo malo, cosa que a veces puede dificultar su educación, por ello es importante ser perseverante con el adiestramiento y no desistir.

Como hemos comentado adiestrar a tu yorkshire requiere constancia y firmeza. Y es que esta raza de perro es muy despierta y es muy simple que te manipulen con su forma de comportarse. Cuando son cachorros suelen ser muy graciosos y divertidos por lo que si se consienten ciertos comportamientos pueden ser un inconveniente futuro.

La mejor forma de educar a un yorkshire es con un adiestramiento positivo, con ayuda de premios en forma de comida y recompensas afectivas. Para educar a esta raza has de ser delicado, si le intentas enseñar con brusquedad la reacción más normal será el miedo. Y de esa manera no conseguirás que tu perro aprenda nada. Debes hablarle con suavidad pero con firmeza.

El hecho de que debas ser cuidadoso cuando le enseñes no implica que no seas disciplinado con él. Hay que ser firme con todo el proceso de adiestramiento, y no ceder a sus caprichos, porque si no tu yorkshire se convertirá en un pequeño dictador y su compañía será muy difícil. Si le dedicas tiempo y no lo consientes tendrás un perro educado y muy afectuoso.

Para empezar con la educación de tu yorkshire debes esperar al menos a los tres meses, una vez el cachorro ya se ha destetado, es el momento ideal para comenzar con el adiestramiento. Debes ser muy paciente, pues aunque es muy inteligente lo de hacer sus necesidades en un lugar concreto es un hábito que le cuesta aprender. En este tema concreto, el yorkshire necesita más tiempo del normal.

Para conseguir que tu yorkshire controle sus esfínteres hay que escoger un lugar concreto para que cada vez que tenga ganas pueda hacerlo en ese punto. Debes enseñarle a que lo haga en determinadas circunstancias como antes y después de comer, antes y después de jugar, al despertarse, y al acostarse. Si el pequeño asocia esa necesidad con una ubicación en concreto lo acabará aprendiendo, además cada vez que lo haga puedes darle un buen premio de compensación y por supuesto un abrazo.

Cuando tu pequeño ya ha cumplido tres meses, ya puede salir a pasear, y es en ese instante cuando hay que establecer ciertas rutinas. Debes dar paseos cortos unas tres veces al día para que así aprenda a hacer sus necesidades en la calle. A veces al principio no lo hacen, pero hay que se constante e insistir, de hecho, cuántas más veces salga a la calle más probabilidades habrá de que lo haga fuera de casa. También es recomendable enseñarle a que en casa haga sus necesidades en un espacio habilitado para ello, así si tiene ganas no tendrá que esperar a salir contigo.

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